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lunes, 19 de diciembre de 2011

NAVIDADES 2.011


Una tarde de Navidad en Madrid, se la dedico a los que están lejos, pero que en realidad los llevamos en nuestro corazón.
A los que no están, pero están siempre con nosotros.
A los que están, porque son la luz de nuestra vida.














A los que acaban de llegar, porque es el resultado del amor.
A los que creen que no nos quieren, pero que el tiempo les quitará la razón.









A los que creemos que no queremos y el tiempo nos pasará una factura que no podremos pagar.


                                                                                
A los que nunca llamamos, pero deberíamos hacerlo ¡Ya!
A los amigos verdaderos que llevan una parte de nosostros
mismos en su interior.









A mi Galicia querida.
A mis sueños, para que se vean cumplidos.
A los vuestros, para que no olvidéis que se pueden cumplir...
A TODOS, FELIZ NAVIDAD.

viernes, 16 de diciembre de 2011

TUVE UN SUEÑO: ME LEVANTÉ CONVERTIDO EN MUJER (Por cierto... tengo que ir a la pelu)

Los primeros rayos del sol empezaban a entrar sin permiso en mi habitación. La noche anterior había estado movidita en la empresa y siempre se sabe cuando empieza la jornada pero nunca cuando acaba. Mi descanso había terminado demasiado pronto y todavía quería quedarme un poquito más en la cama.

-¡Qué narices!, siempre termino tarde de trabajar: por un día nadie puede reprocharme nada.
De pronto me di cuenta que tenía que ir al servicio, pero algo extraño sentía por dentro (y por fuera para qué contar). Mis dedos empezaron a rascar mi cuerpo y…

-¿Pero dónde está mi pelo? –y sobre todo- ¡¿Dónde está mi pene?! (no es que sea muy grande, pero es lo que hay).

En eso que me di la vuelta y acostado a mi lado había un hombre, ¡coño si soy yo mismo!, entonces… ¿Quién soy yo?

Creí que me desmayaba, y a continuación empecé a pensar en todas las obligaciones que tenía para el día (qué raro, si estas cosas las hacía mi mujer): como por arte de magia enseguida interioricé que era madre, tenía tres hijos y un marido (casi un equipo de baloncesto), además era funcionaria, ama de casa y un montón de profesiones sin remunerar. Bueno, tengo que aclarar que mi trabajo de funcionaria, evidentemente, sí es pagado pero con la puta crisis (en adelante la llamaremos PC) el Estado nos ha recortado el sueldo y encima nos retrasa la paga de navidad. La verdad es que estoy un poco acojonada.

-A los políticos les retrasaba la menstruación para que supieran lo que es estar acojonada –pensé para mis adentros-.

El caso es que mientras todo este torbellino de pensamientos fluían por mi cerebro, salté de la cama y noté que algo colgaba de mi pecho: ¡ostras si tengo tetas! ¡coño, si tengo coño!.

Salí corriendo hacia el baño por dos motivos: quería verme en el espejo y además me estaba meando. Opté por hacer esto último en primer lugar y comprobé el primer engorro de las mujeres, había que sentarse para hacer pís y pensé en lo fácil que lo tienen los hombres: simplemente te bajabas la cremallera, te sacabas la “colilla” y tenías cuidado de no mancharte los pantalones.

Una vez superada la primera incomodidad, y ya estando un poco más tranquila, me acerqué, casi con un poco de miedo al espejo y comprobé mis nuevos atributos: la verdad es que no estaba nada mal: un buen culo, unas buenas tetas y tenía unrostro interesante. Estaba autoadmirándome cuando me asaltaron unas prisas enormes: tenía que despertar a los chicos para el cole. Se llaman Sedric, Rod y Virgil y nunca tienen prisa; la duración de sus desayunos no tiene nada que envidiar a un buen bodorrio y me ponen de los nervios. Para finalizar, tengo que recordarles si llevan todo para el colegio (una buena maleta con ruedas tampoco les vendría mal).

-Sedric ¿Llevas el bono-bus? –le pregunto.
-no -me responde.
-Entonces, ¿Pensabas en hacer media maratón?

Se encoge de hombros, no me contesta y se va con una sonrisa dibujada en la cara y con un poco de Cola-Cao en la comisura de los labios…No le digo nada para que se espabile y su chica se eche unas risas (jeje, que pronto empiezo a ser malvadilla y no llevo más de una hora de mujer).

Mi marido sigue en la cama y todavía no ha dado señales de vida. En realidad lo que hace el “gran jefe de la tribu” es fingir que duerme y así saltarse el caos mañanero que se forma en mi cocina. Se creerá que soy tonta el muy imbécil.

A todo esto, no he pensado qué hacer de comida para hoy ¡ya está! Para hoy farcellets.

-No sé para qué me esfuerzo, si aunque les pongas las delicias de Ferrán Adriá, ellos no comen, ellos devoran, tragan...

Estaba pensando en todo esto y a la vez, con una gran destreza, me estaba maquillando. Qué raro, yo que lo más que me ponía en la cara era after-shave.

Mientras más me miraba (ahora resulta que me gusta mirarme en el espejo), más extrañada estaba de toda la sucesión de acontecimientos que había tenido lugar esa mañana…y me gustaba.

Llegó la hora de vestirme.

-¿Qué me pongo?

Bueno, supongo que lo primero es ponerse unas bragas, etc. y a continuación abrí el armario y las puertas del mismo agradecieron que se aliviara la presión que la ropa ejercía contra ellas.

-Ando mal de ropa –pensé
-No tengo nada que ponerme –sentencié.
-Tengo que comprarme algún trapito –decidí.

Salí de casa hacia el trabajo y el caso es que tenía la seguridad de lo que tenía que hacer. Ni siquiera me preguntaba si tendría dudas en el desempeño de mis funciones en el ministerio. Nada: seguridad absoluta.

Iba andando por la calle y los escaparates se sucedían. Las tiendas de ropa me llamaban con sus cantos de sirenas y yo me sentía cuan Ulises a punto de doblegarse ante las cosas tan monísimas que había: ahora un vestidito por aquí, después un pantaloncito por allá…Hasta que me topé con una floristería y me quedé fascinada ante las flores, sus colores, rosas rojas. Rosas rojas. Estaba hipnotizada ante su visión y al momento siguiente estaba dentro de la pequeña tienda. Me sentí asaltada por los colores y por las fragancias: el ambiente estaba lleno del olor a jazmines, claveles, rosas, gardenias... Toda la gama de colores del universo estaba en esa tienda y toda la belleza de la naturaleza estaba condensada en ese mínimo espacio ¡Pero si antes no distinguía una margarita de un cardo borriquero!

Continué hacia el trabajo y pasé por unas obras. Los albañiles ni se inmutaron ante mi paso.

-Cuánto daño ha hecho lo "políticamente correcto": ni un silbido, ni un "qué buenas estás tía macizorra" -Pensé.

Me saludaron mis compañeros y nadie se extrañó al verme, el caso es que me dirigí hacia mi despacho y supe desde el primer momento lo que tenía que hacer.
A todo esto, ya estaba acostumbrándome a recolocarme las bragas con una gran destreza con mi índice y mi pulgar. El pelo me lo atusaba con los dedos como si hicieran la función de un hipotético peine o cepillo. Y hacer pís ya no tenía ningún secreto para mí.

Estaba sorprendida de lo a gusto que estaba con mi cuerpo y con mi cerebro.
Pasada la tarde ya me había olvidado completamente que el día anterior era un hombre y empecé a interiorizar una sensibilidad especial, empecé a sentir mis latidos bajo mi pecho de mujer ¡Todo lo que me había perdido por ser hombre!

-Los hombres sólo tienen un pensamiento (bueno, quizá uno o dos más) y por norma general está entre sus piernas. Piensan en ellos mismos sin detenerse en qué es lo que pide su pareja, pero sobre todo, no piensan que al corazón hay que alimentarlo día tras día con altas dosis de amor.

Estaba sumida en estos pensamientos cuando el mismo sol que iluminó este raro día se había marchado para proyectar otras luces en otros lugares... y me acosté, deseaba volver a vivir otro día maravilloso como el que había vivido hoy.

Los primeros rayos del sol empezaban a entrar sin permiso en mi habitación. En eso que me di la vuelta y acostada a mi lado había una mujer. Ya no era yo, ni era ella. Al momento comprendí las cien personas que están contenidas en el corazón de una mujer...














sábado, 10 de diciembre de 2011

TDAH, un "regalo" de la naturaleza

Antes que nada quiero mostrar mi más absoluto respeto y comprensión a todos los Padres (así, con mayúsculas) que tienen que enfrentarse día a día con este transtorno de la conducta de sus hijos. Por circunstancias que no vienen al caso, hoy he querido elevar un pequeño homenaje de apoyo y empatía verdadera a los padres que han sufrido y sufrirán la incomprensión de aquellos otros padres que creían que el comportamiento de estos niños tenía que ver con la mala educación que recibían de los primeros. 
El TADH (Transtorno por déficit de atención con hiperactividad) era para mí un desconocido y en lo poco que he indagado por internet, he descubierto que es un problema que afecta a unos 380.000 niños en España (aprox. 5% de los escolares).

Básicamente y para los que como yo no teníamos ni idea de lo que era esto, os diré que es un desorden de la conducta que hace que el niño se comporte de manera desordenada, hiperactiva, sin atención, de forma impulsiva y unos cuantos "etcéteras" más. Esto lo explica José Antonio Portellano, profesor de psicobiología de la Universidad Complutense: "Lo que impide centrar la atención es un problema de transporte de la dopamina en el cerebro, un déficit en el lóbulo frontal, el del control ejecutivo". Es más, se ha descubierto (Universidad de Cardiff) que es un problema genético.
Como decía anteriormente, no tenía ni idea de esto y yo era de los que opinaban igual que el artículo que os transcribo de "Globedia":

"Hace muchos años, presencié una escena en un supermercado que nunca pensé que podría resultarme tan familiar con el tiempo. Era un sábado por la tarde con multitud de gente en las cajas esperando turno para pagar y delante mía una señora trataba de controlar a dos niños, uno que aparentaba dos años o así, subido en el carrito y amenazando con tirarse de cabeza al suelo y el otro como de 5 o 6, dando carreras continuas y haciendo caso omiso de las órdenes de su madre que temía que al final se perdiese.
De repente, el mayorcito, metió en el carro un juguete y ante la negativa de su madre a llevarlo, directamente se tiró al suelo y comenzó a dar gritos. La madre trató de calmarlo pero la reacción del niño fue en aumento y ya todos los allí presentes reparamos en la escena. La pobre mujer no sabía que hacer para levantarlo del suelo mientras sujetaba al otro que parecía querer unirse a la fiesta. Alguna persona mayor dijo que esa madre "no sabía educar a sus hijos" y otros que "un bofetón a tiempo siempre le viene bien a los niños"

¿A que os suena? Pero no sólo son las personas que ven algo "raro" en ciertos niños, sino que además hay maestros, educadores y pediatras que no saben identificar el problema y en vez de ayudar lo que hacen es "llamar a los padres al orden" porque son descuidados en la parte educativa que les incumbe; o ciertos médicos que sólo asocian un trastorno de la conducta lógica en niños.

Pero hay más: Los padres con niños que tienen TDAH y que los medican tienen que enfrentarse a otros padres (e incluso a grupos religiosos) que creen que en realidad lo que están haciendo es drogarlos (Ritalín, Rubifén...) con anfetaminas y a crear seres dependientes y drogadictos.
Estos padres no sólo se enfrentan a una enfermedad, sino que se enfrentan a toda una sociedad que no comprende aquéllo que es distinto, aquéllo que hace sufrir a una madre, aquéllo que es un maldito "regalo" de la naturaleza. Para todas ellas, mi amor más profundo y un pequeño unas palabras que salen de mi torpe corazón:

                                                                   Es un pequeño volcán,
un sol que irradia mil sonrisas.
Es el apogeo de mi corazón,
el consuelo de mi alma.
Es todo cuanto necesito:
tu paz, tu inquieto sosiego,
tu sonrisa, tus labios en mi mejilla,
tu mejilla dispuesta para mis besos.
Eres todo cuanto necesito,
   no: eres lo que necesitaba.
           

martes, 6 de diciembre de 2011

AMOR, CHOCOLATE Y PANELLETS

Decía Ortega y Gasset que el amor es un estado de "imbecilidad transitoria"
Dicen que desde niños elaboramos un mapa mental que nos predestina hacia la búsqueda del amor de nuestra vida. Dicho mapa mental se elabora -consciente e incoscientemente- a partir de las relaciones que se construyen en base a las asociaciones con miembros de su familia, amistades, hechos sucedidos, de tal manera que elaboramos un "mapa mental" que en algún momento de nuestra vida nos conducirá inexorable e irremediablemente al amor.
Hay más: desde hace aproximadamente veinticinco años se sabe que el amor desencadena una sucesión de reacciones bioquímicas que llegan a descontrolar la vida de una persona sin necesidad de pensar en una alteración psicológica; simplemente, el cuerpo humano segrega adrenalina y hace comunicarse a todo el sistema nervioso mandando impulsos y manifestándose físicamente en un aumento de la presión sanguínea, aumento del ritmo cardiaco, liberación de grasas y azúcares y aumento del número del glóbulos rojos.
¿Y por qué digo todo esto? Porque también me interesa saber qué señal es la que nos indica que dicho amor se ha acabado. Vale, os lo voy a decir de una manera simpática: si véis que vuestra pareja tiene un deseo incontenible de comer chocolate, ésa puede ser la señal que encienda la luz de alarma en vuestra relación. Y además tiene una base científica, me explico: antes decía que el amor es un proceso bioquímico que afecta a todo el sistema nervioso autónomo y es que el cerebro en la fase de enamoramiento produce un compuesto orgánico llamado feniletilamina de la familia de las anfetaminas. En cuanto el cerebro recibe este aminoácido éste segrega dopamina y empiezan las locuras del enamorado. Estos compuestos combinados hacen que los enamorados puedan permanecer horas haciendo el amor y noches enteras conversando, sin sensación alguna de cansancio o sueño.
Los médicos Klein y Lebowitz del instituto Psiquiátrico de Nueva York, en un estudio de un grupo de personas aquejadas del "mal de amores" descubrieron que estas personas comían grandes cantidades de chocolate (que contiene feniletilamina) de lo que dedujeron que su adicción respondía a la falta de secreción del cerebro de dicha sustancia y que ante la nula producción propia de la "droga" ingerían como bellacos el delicioso chocolate. 
Total, que amor y chocolate van de la mano: si estás enamorado no te hace falta comer y si no lo estás te pones como una foca.
Para concluir, os pongo unas cuantas frases de amor, que cada cual elija la que más le convenga o elija todas, al fin y al cabo a los enamorados todas les sientan bien.

Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado.
William Shakespeare (1564-1616).


Ven a dormir conmigo:
no haremos el amor, él nos hará.
Julio Cortázar (1914-1984).


Por qué se me vendrá todo el amor de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana ...
Pablo Neruda (1904-1973).


En asuntos de amor los locos son los que tienen más experiencia. De amor no preguntes nunca a los cuerdos; los cuerdos aman cuerdamente, que es como no haber amado nunca.
Jacinto Benavente (1866-1954).


La razón puede advertirnos sobre lo que conviene evitar; sólo el corazón nos dice lo que es preciso hacer.
Joseph Joubert (1754-1824) Ensayista y moralista francés.

Por último una receta de PANELLETS que está para chuparse los dedos (como la cosa va de dulces y además porque me apetece):

- 700 gr. de almendras molidas
- 500 gr. de azucar
- 2 huevos
- 150 gr. de patata o boniato cocido
- Piñones (aunque están a precio de caviar iraní)
- Almendras laminadas

PREPARACIÓN:


Preparamos la masa base para los panellets. Ponemos a hervir los boniatos o las patatas, cuando estén tiernos, los ponemos en un bol y los chafamos.

En el bol añadimos la almendra molida, el azúcar y los huevos. Lo mezclamos todo hasta conseguir una pasta homogénea.

Guardamos la masa en la nevera y los dejamos reposar un mínimo de 6 horas.

Precalentamos el horno a 180º C.

Después hacemos formas con la masa del tamaño de una nuez aproximadamente y las hacemos rodar sobre piñones o almendra troceada o laminada, para cubrir toda la parte exterior del dulce.
Batimos un huevo y con la ayuda de un pincel de cocina pintamos cada uno de los panellets, que iremos colocando sobre la bandeja del horno, que habremos cubierto antes con papel para hornear.
Colocamos la bandeja en la parte central del horno y cocemos durante 10, pasado este tiempo encendemos el gratinador también y dejamos que se doren durante 5 minutos más o hasta que los panellets estén dorados, pero vigilando que no se tuesten demasiado.