Una tarde de Navidad en Madrid, se la dedico a los que están lejos, pero que en realidad los llevamos en nuestro corazón.
A los que no están, pero están siempre con nosotros.
A los que están, porque son la luz de nuestra vida.
A los que acaban de llegar, porque es el resultado del amor.
A los que creemos que no queremos y el tiempo nos pasará una factura que no podremos pagar.
A los que nunca llamamos, pero deberíamos hacerlo ¡Ya!
A los amigos verdaderos que llevan una parte de nosostros
mismos en su interior.
A mi Galicia querida.
A mis sueños, para que se vean cumplidos.
A los vuestros, para que no olvidéis que se pueden cumplir...
A TODOS, FELIZ NAVIDAD.